Confusión.

Nos esforzamos en demostrarnos lo difícil que sería. Nos cansamos de decir: "Quiero estar solo, pero no quiero estar sin tí"
Exhaustos de meditar, ¿Qué hacer para no irnos? y ¿Cómo evitar quedarnos?
Exhaustos de tocarnos, de saciarnos y quedarnos uno sobre el otro, queriendo huir y pensando lo difícil que sería separarnos al día siguiente.
Te dije que no sirvo para esto, dijiste que no querías estar solo y nos brillaron los ojos. Pero la confusión volvió porque tú crees en el caos y  luchamos hasta convencernos de que no queríamos lo mismo. Y compartimos ese egoísmo hasta que fuimos de todos y no fuimos de nadie, y fuiste menos tuyo que nunca y yo más mía que siempre.

LORENA ARRIAGA.