Es aquí.
No quiero ir más allá, pasar esa
línea de límites, límites…
Límites…
Parece un temblor, el suelo no
desaparece, se convierte en arena movediza mientras alguien ríe de mí.
Corro en tacones por la calle
mojada. Sofocada y empapada de lluvia y lágrimas. Pero tu saliva desapareció de
mi piel mucho antes que las campanas sonaran y lograran estresar a las puertas
que se deshacen como aserrín al ritmo del reloj de pared. Ese reloj y su péndulo
tenebroso que flota porque es libre y flota porque en realidad él no depende
del tiempo.
Toma tus cosas y vete lejos. Cuando
no estás todo es tranquilidad y lo comprendo todo…por un momento…
Tiempo.
Y detrás de ti sobrevive a pesar
de tus lamentos. Tu vida es irreversible. ¿Acaso volví y cometí un gran error?
No. No pude volver. El tiempo se eleva y de repente ya era yo una más de sus
manecillas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario