

¡Concédeme dejar de soñar!
Yo me conformo mirando el sueño de caminar con mis labios por tu dermis.
Y me satisface el simple hecho de imaginar tus manos desnudarme.
Y me basta soñar a falta de tenerte. Imagino tu sabor con los ojos cerrados... Tus besos son solo quimeras, mas yo espero refugiarme de mis pesadillas en tus labios.
¡Concédeme dejar de soñar!
En mi peregrinar por esos sueños, subo desde tus pies a tus cabellos, recorro con mi boca tus secretos y busco por tus poros con mis besos ese sudor que brota del deseo.
Y trato entre las sombras de acariciar tu espalda, mas tu ausencia me suena como golpes de espadas cada vez que se va la madrugada.
¡Concédeme dejar de soñar!
Ciñen mis brazos una almohada inventando tenerte. Una reja de puyas busca y claustra mi juicio. Y me torno demente mientras tu memoria asedia mis sentidos. Y te siento vehemente cada vez que a mis sueños te invito.
¡Concédeme dejar de soñar!